jueves, 9 de julio de 2009

Diario del Empleado Público


8 a 8.30: Tomo un cafecito con los muchachos para entrar en calor.


8.30 a 9: Un cafecito sin medialunas tiene menos onda que MDM sin gatos. A comprar unas medialunas para acompañar.


9 a 9.08: Ahora sí, señores, me pongo las pilas. Arduos 8 minutos de trabajo atendiendo gente hinchapelotas que pretende que le resuelva sus problemas. Qué manga de desubicados.

9.08 a 10: Analizo el calendario. ¿Cuánto falta para las vacaciones, loco?


10 a 10.30: No me anda el msn. Qué garrón. Así no se puede trabajar. ¿Cuántos francos me corresponderán por trabajo insalubre?

10.30 a 11.30: El Ahorcado de las 10.30 es sagrado en la oficina. Esta semana el que gana se lleva una resma de A4. Qué bien que me vendría, che.

11.30 a 12: No me gané la resma, pero me anda el msn. Buenísimo.

12 a 12.15: La gente se calentó por tener que hacer 7 horas de cola en la madrugada. ¿Pero qué pretenden, hermano?, ¿no ven que no tengo más de 2 manos? Hago lo que puedo.

12.15 a 12.30: Más de media hora laburando a full. Tengo la cabeza limadísima. Me parece que mañana tomo parte de enfermo.

12.30 a 13: Qué buenas que estaban las medialunas. ¿Y si hacemos unos mates?

13 a 14: El horario de atención al público dice hasta las 14 pero es hasta las 13. Pasa que no tenemos cartucho negro en la impresora para cambiar el cartel. Echo a la gente que se quedó esperando al pedo y les sugiero que vuelvan mañana a las 4 am. Y encima se enojan. Dicen que tienen que ir trabajar. Si serán caraduras. ¿Y yo qué es lo que estoy haciendo?
Qué vaga es la gente. Me indigna. Por personas así el país está como está.

jueves, 2 de julio de 2009

Las influencias de la Influenza










1) Todo ser humano se convierte en un potencial enemigo a exterminar. Toser, estornudar y hasta un inofensivo moqueo pueden generar la mirada asesina de las personas más cercanas.

2) Nacen los mitos y leyendas urbanas: que el virus vive 2 horas y 21 minutos en ambientes fríos, que el barbijo potencia la enfermedad, que embeber ravioles en vodka sube las defensas, que la aspirina con Speed las baja.

3) De pronto, nos damos cuenta lo molestos y peligrosos que son los infantes cuando están al pedo. Ese sobrinito que hasta ayer era un niño prodigio, luego de 10 días cautivo, se convierte en una tortura consumista en tamaño de frasquito de muestra gratis.

4) Uno comienza a verse obligado a habilitar en su hogar un mueble para cobijar los múltiples accesorios de la desgracia. Junto con las veinte botellas de Off y Lysoform que sobrevivieron al dengue, se encuentran bidones de desinfectantes, alcohol en gel, litros de jabón, barbijos, pastillas, guantes de amianto y agua bendita.

5) Finalmente, esta situación permite que se propaguen virus mucho más nocivos que la Influenza. Y eso son los políticos en campaña, que dicen, se desdicen, especulan, critican y, claramente, no piensan y mucho menos se callan. Un barbijo para silenciarlos a la derecha, por favor.

jueves, 25 de junio de 2009

Una rara especie...

Argentino: dícese de aquella especie particular de ser humano con una extraña dificultad para ejercer su deber cívico con responsabilidad, compromiso y memoria. Como consecuencia, ostenta una (in)capacidad inaudita para reelegir gobiernos nocivos de los cuales después se desvincula aludiendo a la engañosa y cobarde frase "Yo no lo voté".Es uno de los pocos animales que tropieza una, dos, tres y veinte veces con la misma piedra. No importa la forma que tome la piedra, no necesita camuflarse demasiado para no ser distinguida. Afortunadamente, cuenta con la inestimable cooperación de la ceguera de esta especie, que se caracteriza por caer, lastimarse y ser sometida hasta los límites más extremos de masacre e injusticia social, y aún así, no aprender jamás.



Fuente: www.soyunargentinopelotudo.com

lunes, 11 de mayo de 2009

Pequeñas tragedias de la vida cotidiana

1) Siempre que encontrás en la radio esa canción que tanto te gusta, justo está terminando, mientras que empieza aquella que odias con toda tu humanidad.

2) Las tostadas siempre caen en el piso o sobre tu ropa del lado de la mermelada.

3) La birome y el Liquid que te acompañan desde primer año de la facultad, justo se gastan en medio de un parcial kilométrico.

4) Los auriculares de tu MP3 (o lo que tu economía y la tecnología te permitan portar) nunca dejan de funcionar al mismo tiempo. Nadie sabe porqué pero siempre se rompe un sólo auricular, nunca los dos juntos, y hasta que te decidís a comprar un par nuevo, ingeniás toda clase de malabares porque, si flexionás tu brazo izquierdo formando un ángulo de 45º, y te quedás inmóvil, quizás ese que no anda, puede llegar a funcionar durante unos minutos.

5) Siempre sale el sol justo el día en que no podés tomar.

6) Cuando necesitás anotar algo rápido, nunca tenés a mano una lapicera.

7) El colectivo semivacío siempre se está yendo cuando vos llegás a la esquina y el próximo (completamente lleno, claro está) se demora un mínimo de media hora.

8) Siguiendo con el transporte público, cada vez que estás apurada/o para llegar a un sitio, el colectivero maneja con la celeridad de un chofer de sulki, en cambio, si vas con tiempo, te toca un talibán kamikaze de 115 a 300 km por hora.

9) La vendedora del local de ropa siempre te abre la cortina del probador microscópico (al ritmo de la frase ¿Cómo te quedó, negri?) en la instancia más comprometedora.

10) Todos tus amigos pasan las monedas falsas de 50 centavos con total impunidad, pero a vos te desenmascara hasta un pendejo de 2 años.

11) Si cuando te estás bañando, suena el teléfono y decidís atender, en el momento en que llegues, (habiendo dejado una autopista de agua y jabón a tu paso) ese ser inoportuno va a cortar, vos te vas a quedar unos minutos esperando que suene de nuevo y en el preciso instante en que retornes a la ducha, esa persona volverá a llamar.

12) Cuando se corta la luz de tu casa, recién una vez que terminaste de instalar estratégicamente todo el equipo de velas, la maldita corriente regresará (y como fue idea tuya encender 23 velas por habitación, es también tu responsabilidad lavar los fastidiosos platitos con cera).

13) Siempre que te enorgullecés de tu capacidad previsora por salir de tu casa con paraguas, a las 2 horas sale el sol. El día que te decidiste a dejarlo, se arma un temporal apocalíptico digno de versículo de la Biblia.

14) Siempre que estás por cruzar, el semáforo está cambiando a verde y tenés a una 4x4 viniéndote encima (otra gran verdad: cuanto más grande el auto, más pelotudo es el conductor).

15) Cuando estás en el trabajo y se te ocurre meterte en el MSN, justo en el momento en que tu jefe se acerca, los malditos hombrecitos terminan de dar sus eternas vueltitas y se te abren las 500 ventanas de los contactos, el mail, la instalación del nuevo msn y 20 publicidades españolas de compra-venta.

martes, 5 de mayo de 2009

Rosario me agobia

El duro oficio de ser peatón


Las callecitas de Rosario tienen ese qué se yo, ¿viste? Dejarse andar por entre sus recovecos cual felino en libertad puede resultar una experiencia religiosa: la luz al final del túnel acecha a la vuelta de cada esquina. Si brutos pozos y adoquines de la época de Cornelio Saavedra esperan agazapados para acabar sin piedad con zapatos y tobillos, cuánto más perversos pueden resultar aquellos humanoides que volante en mano circulan por la city apilando peatones.

“¡¡Wait a minute!! –se alarman desconcertados–. ¿Qué es un peatón? ¿¿¿Dónde están que nunca los vemos???”. Procedo a informarlos… los peatones somos esos giles con cara de nada que esperamos media hora en cada esquina para poder cruzar, mientras ustedes desfilan con autos lujosos inflando el pecho y desplegando su vanidad. Somos los pánfilos que a veces (únicamente cuando nos lo permiten, y eso se da en contadas ocasiones) osamos cruzar la calle caminando por unas rayas blancas pintadas en las intersecciones. ¿Se ubican?... eso que parece un pianito. Ocurre que la mayoría de las veces, cuando el semáforo les da el verde, ustedes aceleran sus autitos chocadores sin registrar a los nabos a pata que todavía no tuvimos tiempo de llegar a la otra vereda. Y ojo que cuando digo nabos, digo nabos completos: embarazadas, madres con cochecitos, viejitos con bastón… ¡flores de nabos esos que no andan por la vida con Audis, Boras o Mercedes y por tanto merecen que ustedes les tiren el coche encima!

¿Todavía no entendieron quiénes somos los peatones? Les doy otra pista: en los días de lluvia torrencial solemos caminar en zigzag esquivando charcos mientras hacemos malabares para taparnos con una carpeta, una bolsita de La Gallega o un pañuelito descartable. En general vamos apurados, PORQUE NOS ESTAMOS EMPAPANDO, ¿VIERON? Eso quiere decir que no queremos jugar con ustedes al carnaval, así que eviten levantar agua y hacernos sentir más miserables. ¡A los peatones no nos gusta el rally; lo que esperamos es que nos dejen pasar primeros y por una vez sean ustedes los que esperen!

Y por si aún no nos registran, les comento que los peatones somos esos mimos que a veces les hacen señas con las manos, generalmente porque olvidaron prender una lucecita que se llama guiño y que nos anticipa sus movimientos. ¡Como para no morir estampados contra el parabrisa! Así que cuando tengan un tiempito, podrían hacerse amigos del guiño. Y también podrían volver a rendir el examen de manejo… o simplemente podrían salir de su burbuja y registrar lo que ocurre detrás de sus ventanillas.

martes, 28 de abril de 2009

Recomendaciones si ve un mexicano en la ciudad

1 - No llame al Comando Radioeléctrico. Correrá el riesgo de que vaya y quiera neutralizar la enfermedad con una calibre 38 o tratando de llegar a un arreglo con el virus.

2 - No le hable del Chavo del 8 como si toda la cultura de su país se resumiera en un pelotudo adentro de un barril. Correrá el riesgo de que le estornude en toda su humanidad y lo contagie con absoluto merecimiento.

3 - No intente entretenerlo frente a la televisión en ciertos horarios de la programación local. Será acusado de homicidio doloso.

4 - Ignórelo. Vive abajo de Estados Unidos. Está acostumbrado (como toda Latinoamérica).

5- No actúe desde la paranoia sin sentido. Para eso están nuestras madres.

6- Tampoco haga caso omiso a una problemática mundial. Para eso está Cristina.

Fuente: Comité Arbitrario de Emergencia Sanitaria

lunes, 13 de abril de 2009

Se hizo Justicia

Cuantas veces es nuestra mas tierna infancia, añoramos que el Coyote atrape al correcaminos. Al crecer, olvidamos estos sueños infantiles para la concreción de otros más serios y coherentes con nuestra edad. Parece que un millonario japonés, no puedo superar el trauma que lo ocasionó la frustración del mencionado antihéroe y pidió a un grupo de guionistas y dibujantes que realice un nuevo capitulo que concrete su sueño más profundo... que el Coyote atrape al Correcaminos.

He aquí el video...